Ho’oponopono (ho-o-pono-pono) es un arte hawaiano muy antiguo de resolución de problemas basado en la reconciliación y el perdón.

Los hawaianos originales, los primeros que habitaron Hawái solían practicarlo. Mornah Nalamaku Simeona (19 de mayo de 1913 – 11 de febrero de 1992) nos trajo estas enseñanzas y las actualizó para los tiempos modernos.

Existen otras prácticas de perdón similares en islas de Oceanía como Samoa, Tahití y Nueva Zelanda. Tradicionalmente, el ho’oponopono es practicado por sacerdotes de curación o “kahuna au” entre los miembros de la familia de una persona que está físicamente enferma. Las versiones modernas se llevan a cabo dentro de la familia por el miembro de más edad, o por el propio individuo.

Práctica tradicional

Ho’oponopono se define en el diccionario hawaiano como “higiene mental: conferencias familiares en donde las relaciones se corrigen a través de la oración, discusión, confesión, arrepentimiento, compensación mutua y el perdón”.

Literalmente, ho´o es un vocablo utilizado para convertir en verbo al sustantivo siguiente.

En éste caso transforma en verbo al sustantivo “pono”, que es definido como “bondad, rectitud, moralidad, cualidades morales, procedimiento apropiado o correcto, excelencia, bienestar, prosperidad, beneficio, condición verdadera o natural, deber, adecuado, propio, justo, virtuoso, equitativo, beneficioso, exitoso, en perfecto orden, preciso, correcto, facilitado, aliviado, necesario.”

Ponopono es definido como “enderezar; poner en orden o en forma, corregir, revisar, ajustar, enmendar, regular, arreglar, rectificar, ordenar, arreglar ordenada o pulcramente.”

La prominente erudita hawaiana Mary Kawena Pukui escribió que era una costumbre en el Hawai antiguo – y esto de apoya en historias tradicionales de ancianos hawaianos contemporáneos. – Pukui (nacida en 1895), comenzó a registrar observaciones y experiencias de su infancia en su libro – publicado en 1958. El escritor Max Freedom Long, quién vivió en Hawaiʻi de 1917 hasta aproximadamente 1926, documentó ho’oponopono tradicionales tal como los celebran las familias hawaianas, en su libro publicado en 1936.

A pesar de que la palabra “ho’oponopono” no fue usada, algunos de los primeros historiadores hawaianos documentaron una creencia en la enfermedades eran causadas por romper kapu, o leyes espirituales, y que la enfermedad no podía ser curada hasta que quien la sufriera hubiera expiado esa transgresión, frecuentemente con la asistencia de un sacerdote que oraba (kahuna pule) o un sacerdote sanador (kahuna lapa ’au). Se buscaba el perdón de los dioses o de la persona con quien hubiera una disputa.

Pukui lo describió como una costumbre en donde los miembros de la familia se reunían con otros miembros de su familia no tan inmediatos donde “ponían en orden” relaciones familiares disfuncionales. Algunas familias se reunían diaria o semanalmente, para prevenir que surgieran problemas. Otros cuando alguna persona se enfermaba, creyendo que la enfermedad se debía a la tensión de la ira, culpa, recriminaciones y falta de perdón. Kupuna Nana Veary escribió que cuando cualquiera de los niños en su familia se enfermaban, su abuela preguntaba a los padres: “¿Qué han hecho?”. Creían que solamente se curaría con el perdón entero de la familia completa.

Ho’oponopono corrige, restaura y mantiene buenas relaciones entre los miembros de la familia y sus dioses o Dios al llegar a las causas y origen del problema. Generalmente el miembro más antiguo de la familia las conduce. Él o ella reúnen a la familia, si la familia no puede resolver algún conflicto involucran a alguien ajeno a quien respeten.

El proceso comienza con oraciones. Se hace una declaración del problema y se discute la transgresión. Se espera que los miembros de la familia resuelvan los problemas y cooperen, no que se aferren a los errores cometidos. Se toman uno o más momentos de silencio para reflexionar en el enredo de emociones y lesiones. Los sentimientos de todos son tomados en cuenta. Después se confiesan, arrepienten y perdonan. Todos liberan (“kala”) al otro, lo sueltan. Se desprenden del pasado (ʻoki), y juntos concluyen el evento con un festín ceremonial llamado “pani” que frecuentemente incluye comer limu kala o alga kala, que simboliza la liberación.

En una variante usada por la familia de kahuna Makaweliweli de la isla de Molokaʻi, la finalización del ho´oponopono se representa dándoles a la persona perdonada una lei (Hawaii) hecha de la fruta del árbol de hala.

“La tía” Malia Craver, que trabajó en los Centros infantiles de la Reina Liliʻuokalani (QLCC por sus siglas en inglés, Queen Lili Children’s Centers)  durante más de 30 años, enseñó cursos de ho’oponopono tradicional. El 30 de agosto de 2000, habló en las Naciones Unidas acerca de ello.

Usos modernos

Aplicaciones tradicionales

A finales del siglo XIX, las cortes de Hawai comenzaron a ordenar que los jóvenes y adultos que delinquieran trabajaran con un anciano que conduciría un ho’oponopono para sus familias, como una forma alternativa de resolver sus problemas. El ho’oponopono es realizado en la forma tradicional, sin intervención de la corte, con un practicante elegido por la familia de una lista de proveedores aprobada por la corte.

Algunos practicantes nativos proveen ho’oponopono a clientes que de otra manera buscarían orientación familiar.

Liberación del Karma

En 1976 Morrnah Nalamaku Simeona, considerada como una sacerdotisa sanadora o kahuna lapa ‘au, adoptó el ho’oponopono tradicional, de perdón familiar mutuo, a las realidades sociales de nuestros días. Para ello lo extendió tanto a un proceso de resolución para problemas sociales en general fuera de la familia como a una auto-ayuda psico-espiritual, en lugar de a un proceso grupal.

La versión de Simeona está influenciada por su educación cristiana (protestante y católica) y sus estudios filosóficos sobre la India, China y Edgar Cayce. Como en las tradiciones hawaianas, ella enfatiza la oración, Y a diferencia de las tradiciones hawaianas, ella describe los problemas como los efectos de Karma negativo, diciendo que  “tienes que experimentar por ti mismo lo que has hecho a otros” y tú eres el creador de tu vida y de tus circunstancias. Cualquier acto incorrecto es memorizado dentro de uno mismo y reflejado en cada entidad y objeto que estuvo presente cuando la causa ocurrió. Como las leyes de causa y efecto predominan en todo lo vivo y todas las vidas, el propósito de su versión es principalmente “liberar experiencias infelices y negativas en reencarnaciones pasadas y resolver y quitar traumas de los ‘bancos de memoria’ ”. Las ataduras kármicas entorpecen la evolución mental, por lo cual “la limpieza (kármica) es un requisito para la expansión de la conciencia.” El usar su proceso de 14 pasos disolvería esas ataduras. Ella no utilizó mantras ni ejercicios de condicionamiento.

Sus enseñanzas incluyen: hay un Creador Divino que se ocupa de los motivos altruistas de los hombres, “cuando la frase ‘así sea’ es usada después de una oración, quiere decir que el trabajo del hombre termina donde comienza el de dios”. La ‘auto identidad’ significa por ejemplo que durante el ho’oponopono hay tres yoes o aspectos de la conciencia equilibrados y conectados con el creador divino. Distinto a las oraciones egoístas, las “oraciones altruistas como el ho’oponopono, donde también se reza por la liberación de otras entidades y objetos, alcanzan el plano divino o cosmos gracias a sus altas vibraciones. Desde ese plano la energía divina o mana vendría” lo que transformaría la parte dolorosa de la memoria de malas acciones en todos los participantes en “luz pura”, en cualquier plano en que existan; “todos son liberados” mediante esta transmutación mental los problemas pierden la energía para efectos físicos y la sanación o equilibrio comienza. En ese sentido, el mana de Simeona no es el mismo Mana al que se refiere tradicionalmente las creencias polinesias.

Info google y salvador suárez