Misteriosa y compleja, la teoría de Los Siete Rayos propone una explicación del Universo que aún hoy, transcurridos tres siglos, continúa sumando adhesiones.

Los secretos que rodean a esta perspectiva metafísica se deben, principalmente, a su enigmático fundador, el Conde de Saint Germain, quien dejó un legado tan inmortal como su leyenda.

¿Por qué se habla de metafísica cuando se trata de Los Siete Rayos?

La palabra Metafísica significa lo que está más allá de lo físico, aquello que no podemos percibir por medio de los cinco sentidos. La filosofía alemana del siglo XIX se orientó hacia la metafísica. La teoría de Saint Germain, como los grandes sistemas de pensamiento y como todas las religiones, postula una explicación del Universo, se pregunta por los orígenes de la vida y la muerte; da respuestas a los grandes enigmas que preocupan a la Humanidad desde siempre. Pero hay una diferencia fundamental: la postura del misterioso maestro no se divulgó a través de la academia. Sus enseñanzas se perpetuaron a través de la masonería y el ocultismo y hablar de Los Siete Rayos es hablar de la Hermandad de Saint Germain; el grupo hermético que compuesto por sus discípulos para mantener y transmitir las enseñanzas del maestro.

¿Quién fue el Conde de Saint Germain?

Fue – entre otros- Saint Albans (Primer Mártir Inglés que muere en el año 303), Proclus (410-485), Robertus el Monje (1156-1211), Roger Bacon (el Monje Médico, 1214-1294), Francis Bacon (político, filósofo y escritor inglés, que nació en 1561 y de quien se afirma que no murió, su tumba está vacía) y el Príncipe Rascozki, quien fue su última encarnación y, como vivía en los dominios de San Germán, tomó este último nombre, con el que es conocido en la actualidad.

¿Cuándo comienza a circular la versión acerca de las encarnaciones del Conde?

En el siglo XVIII, el Príncipe Rascozki o Conde de Saint Germain, deslumbra a la Corte Francesa, a tal punto que Luis XV le encomienda importantísimas gestiones diplomáticas. Su memoria prodigiosa admiraba a los cortesanos; su inteligencia, su elegancia, su incalculable fortuna y sus maneras impecables lo convertían en huésped de lujo de toda reunión de gala. Se afirmaba, en ese entonces, que tenía varios siglos de existencia y que había sido testigo presencial de hechos ocurridos en épocas remotas. Él, por su parte, refería esos hechos con lujo de detalles. Según una fuerte versión del momento, el Conde era poseedor de un elixir de vida que lo hacía inmortal. Su deceso físico, a fines del siglo XVIII, fue considerado como un acto voluntario: se decía que el Conde, cansado de una vida tan larga, decidió no beber su poción para encontrar reposo.

¿Cómo comenzó a desarrollar la metafísica de Los Siete Rayos?

Fue el resultado de sus sucesivas encarnaciones, pero en la etapa final comenzó a tomar forma. Como Conde de Saint Germain trabó amistad con un aristócrata alemán, el Landgrave (título nobiliario) de Hesse, quien era muy aficionado a las ciencias ocultas.

Trabajaron juntos tratando de descubrir la piedra filosofal y, se supone, que fue a partir de esta amistad como empezó a gestarse la teoría de Los Siete Rayos. Cuando el Conde muere en 1780, el Landgrave destruyó todos los papeles.

¿Cuál es, a grandes rasgos, el contenido de la teoría?

Los Siete Rayos plantean un camino de evolución hacia el estado perfecto de la conciencia. La metafísica de Saint Germain está basada en el Amor Universal, el Bien, la Paz y la Armonía. Y para entender lo que postula su pensamiento, hay que comenzar por una palabra clave: Energía, entendida como corriente de vida, fuente de movimiento y luz. En la energía está el origen de todo, es el hálito vital que nos da el ser y nos conecta con el Todopoderoso.

¿Los Siete Rayos son una forma específica de Energía?

Para Saint Germain, en el origen del Universo, el canal de Energía que conectaba a Dios con los hombre era amplio y fluido. En eses primeras edades, el puente desde lo humano hacia lo Divino era mundial y los hombres vivían en perfecta conexión con lo sagrado. La teoría de Los Siete Rayos se propone restaurar esa comunicación armónica por medio de evoluciones sucesivas. Cada Rayo es una etapa que culmina en la séptima, la de la perfección. Hablar de Los Siete Rayos es hablar de luz y espiritualidad; con cada uno de ellos se asocia un color que encierra diferentes simbologías.

¿Cuáles son los postulados de la teoría?

Son siete: mentalismo, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa-efecto y generación. Estas siete leyes son declaraciones de la Verdad y sirven para emprender el camino de ascenso espiritual.

¿Qué es el mentalismo?

Significa que “Todo es mente, el Universo es una creación mental”.

Cuando pensamos, producimos una corriente magnética que influye sobre las demás personas aunque se encuentren lejos de nosotros. Nuestros pensamientos pueden ser positivos o negativos. El lema del mentalismo es: “Lo que piensas se manifestará”., el espíritu prevalece sobre la materia.

¿Qué significan correspondencia y vibración?

Como es arriba es abajo”, cuerpo y espíritu se complementan, son un Todo, ambos son idénticos en esencia. Eso sostiene la ley de correspondencia. El principio de vibración – tercera ley de la metafísica- indica que los pensamientos emiten vibraciones que se propagan en todas las direcciones y se comportan como los colores, así como el blanco es el color que vibra a mayor frecuencia, el negro vibra en una frecuencia más baja, de modo análogo a los pensamientos pesimistas. Según esta ley, si los pensamientos positivos tienen suficiente fuerza, lograrán vencer a los malos y se convertirán en entidades luminosas y positivas.

¿Qué sostienen las otras leyes?

La popularidad significa la forma de convertir nuestros deseos en realidad. Cuando creemos que algo es imposible para nosotros, nos situamos en un Polo Negativo. Entonces, hay que cambiar al Polo Positivo, recurriendo al mentalismo.

El ritmo indica que todo fluye y refluye en períodos de avance y retroceso. Toda la creación está sometida a esta ley: nuestro ánimo, las estaciones, etc. Los iniciados en Los Siete Rayos aprenden a permanecer en el estado que más los favorece.

La ley de causa-efecto rechaza la casualidad. Todos nuestros actos tienen una consecuencia determinada sobre el cosmos.

El principio de generación indica que: “Todo tiene su principio masculino y femenino”; la energía suave y constante se identifica con lo femenino, y la fuerte con lo masculino.

¿Cómo se relacionan los Rayos con los colores?

Cada Rayo representa un determinado círculo espiritual o “Cuerpo Causal”, y guardan un orden riguroso. Les corresponde un color, permiten el desarrollo de diferentes cualidades, se asocian con un tipo particular de personas, con características únicas; tienen un director o Maestro propio, un Arcángel y un Elohim. El círculo perfecto es el Violeta, y el Maestro absoluto es el Ascendido Saint Germain, el único, hasta ahora, que ha completado todo el camino de liberación espiritual.

¿Qué diferencia hay entre los Maestros, los Arcángeles y los Elohims?

Casi todos los Maestros Ascendidos pertenecen a la raza humana y han vivido a través de numerosas encarnaciones.

Los Arcángeles son jerarcas de la evolución angélica. El Arcángel de la Llama Blanca es nada menos que Gabriel, el que se apareció a María para comunicarle la decisión de Dios de privilegiarla como Madre de Su Hijo.

Un Elohim es el jerarca dela evolución elemental. Los Elohims crearon el planeta Tierra, y la Biblia de testimonio de su existencia, en boca de Moisés: “En el principio los Elohims crearon los cielos y la tierra…”. Por ejemplo, el Elohim del Rayo Azul es Hércules.

¿Cómo se logra el pasaje de un Rayo o Esfera a otro estadio de conciencia?

Cada individuo vibra favorablemente con el color del Rayo al que pertenece. Lo importante es meditar. Cuando nos interrogamos acerca de nuestra propia Presencia, cuando observamos nuestras inclinaciones y costumbres, podemos llegar a saber qué lugar hemos sido llamados a ocupar en la Gran Obra de Dios. Muy pocos podrán llegar a los círculos superiores, pero eso no es lo importante; lo fundamental es encontrar el sitio que nos corresponde en el Plan de Dios.

¿Hay alguna forma de invocar a Los Siete Rayos?

Las invocaciones cumplen un papel fundamental. La invocación a la Llama Violeta debe hacerse diariamente: templa la voluntad y brinda protección. La oración es la siguiente: “YO SOY (afirmación que es un punto de partida para la autoconsciencia y la energía positiva) la Victoriosa Presencia del Todopoderoso que ahora me reviste de mi manto de Luz Brillantísima, la cual me hace y me conserva invisible e invencible a toda creación humana, para siempre”.

Cada llama puede ser invocada para determinadas necesidades, por ejemplo, la Llama Rosa protege a las personas y a sus hogares contra entidades nocturnas.

¿Los Siete Rayos pueden, entonces, guiar nuestra vida diaria?

Pensar positivamente, controlar el flujo de nuestra energía y no malgastarla en cosas banales o en pensamientos negativos, es la clave de la felicidad. El deseo que inspiró a Saint Germain – y que alienta aún a sus discípulos- es el que todos los hombres consigan una comunión perfecta entre sí a través de la armonía y la paz espiritual. Entonces, podrá comenzar la Nueva Era, la Séptima Raza verá la luz, y el canal de comunicación entre lo humano y lo Divino será tan fluido como en las primeras edades de la Humanidad.