El I Ching es un libro de sabiduría oriental de origen milenario. Su procedencia, que data de aproximadamente 1.100 años a. C., le otorga la categoría de clásico universal, como uno de los grandes textos espirituales del mundo. Su sabiduría proviene de las observaciones obtenidas por “sabios y santos” de la antigüedad, los que le imprimieron su conocimiento profundo y esotérico sobre la humanidad, el universo y sus ciclos.

La historia de la literatura china señala a cuatro sabios o santos como autores del Libro de las Mutaciones: Fu-Xi, el Rey Wen, el Duque de Chou y Kung Tse (Confusio).

Entre los padres del taoísmo como Lao Tsé, Fu Xi, Chuang Tsé y Lie Tsé y los confusionistas, el I Ching fue considerado un auténtico tratado de ética, un manual de liberación y crecimiento. Y sus respectivas escuelas encontraron en él la base de sus enseñanzas.

Breve Historia

Desde los comienzos de la civilización china, donde se realizaban consultas al oráculo, tomándolo como un conjunto de signos que eran interpretados según la tradición oral. El I Ching o Libro de las Mutaciones, ha alcanzado su madurez con orgánica lentitud y a través de milenios.

 Con el correr de los años se fueron agregando infinidad de comentarios sobre este texto, y entre los años 600-200 aC. Se produce la consolidación de los mismos.

En una época difícil de sucesivas guerras y conflictos, alrededor de la mitad del período conocido como el de “los reinos rivales” (400-220 a.C.) muchos grupos de buscadores espirituales pudieron ver en este antiguo libro, una herramienta de transformación y desarrollo espiritual. Por eso se dedicaron a extender su uso. La inspiración de estos grupos se encuentra arraigada en el corazón del I Ching que hoy conocemos. En su lenguaje metafórico y poético encontramos en el I Ching una mezcla de conocimiento de los ciclos de la naturaleza y el hombre, que logra transformar la manera en que nos relacionamos con nuestro entorno y con nosotros mismos.

Como oráculo, el I Ching orienta al consultante sobre cuál es el mejor camino a seguir en cada momento, en función del estado de conciencia en que se encuentre. Sus enseñanzas orientan al hombre que busca y se busca a sí mismo. Uno pregunta e indaga y El Sabio o la entidad que lo habita nos obsequia con su guía, el consejo que necesitamos en correspondencia a lo que nuestro ser interior, los tiempos del cielo y la naturaleza nos proponen.

El “I” y el “Ching”

La palabra “I” que significa “cambio” encierra en sí misa, según Wilhelm, el significado de “Lagartija”. Refiriéndose al camaleón como símbolo de la mutabilidad y fácil movilidad. Este significado fue asimilado con otro ideograma, visualmente parecido, que significaba “Dominio” refiriéndose al estandarte que lleva un comandante, el cual es seguido por la tropa, mostrando la dirección a seguir y oficiando como guía en el momento de confusión o desorden de una batalla.

También significa Simple y permanencia porque lo único que permanece es el cambio y el movimiento.

La palabra Ching significa “texto clásico” o canónico y se adjunta a todos los textos clásicos chinos.

Usos

Experimentar el I Ching es intentar comprender cómo se generan y se producen los cambios en nuestras circunstancias y en nosotros mismos. Este milenario tratado de leyes universales, cuyo origen se remonta a más de 3000 años de antigüedad, nos indica la dirección natural o de menos resistencia al cambio que presenta la situación en la que nos encontramos.

La posibilidad de descubrir y desenmascarar las contradicciones que se esconden tras las apariencias y llegar a comprender los cambios que se producen en nuestra vida, es principalmente lo que nos ofrece el I Ching a través de la estructura de ideas representadas en los diferentes símbolos y hexagramas y de las relaciones que se establecen entre las mismas.

Si consiguiésemos comprender de antemano las posibles consecuencias de una determinada idea, palabra, hecho o actitud, algunos podrían creer que están adivinando el futuro, aunque realmente, se trataría de una simple previsión, resultado de la comprensión de la relación que existe entre los acontecimientos.

Info Salvador Suárez y google.

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